jueves, 25 de noviembre de 2010

La educación.

Si hay algo que llevo mal es la falta de educación. Y es algo, además, de lo que vamos sobrados últimamente.
Pones la televisión y te encuentras un grupo de supuestos periodistas (¡¡por los cojones!!) en plena berrea, gritándose hasta reventar por el color de bragas de la última famosa de turno o sobre el exceso de hormonas del mono de moda. Ni de coña…
Me pongo a escuchar la radio y, excepto contadas excepciones, oyes tertulias en las que se echan gargajos unos a otros. Ninguno tiene la razón, sólo se oye al que grita más. Y el presentador-moderador, tocándose los cojones.
El otro día fui a tomar un café con mi padre y veo como  dos energúmenos se empeñan en que media ciudad se entere, a gritos por supuesto, que tal o cual jugador es el mejor del mundo. Con dos cojones. Los dos en el paro pero preocupados de un tío que gana 10 millones de euros al año. Eso sí, el puro y la copa de Soberano, que no falten.
Bueno es que ya si nos metemos en el tema del fútbol...este deporte mueve masas en nuestro pais,y eso me jode,me jode mucho. ¿Por qué? Porque me toca los huevos que con la excusa de que España ha ganado un partido, un grupo de gilipollas con cociente intelectual inferior al de una farola se crea que tiene derecho a hacer lo que le venga en gana:
-Tirar petardos (que ya se los podían meter por el esfinter anal)
-Hacer caravanas de coches y dedicarse a pitar a las tantas de la madrugada
-Romper lo que les dé la gana porque están felices
-Gritar como berracos
-Cocerse hasta perder el control y vomitar donde les apetezca
Y más cosas, entre otras, que me caen mal.

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