Si se tiene en cuenta que:
Los amigos de mis amigos, son mis amigos;
y que los amigos de mis enemigos, son mis enemigos;
y que los enemigos de mis amigos, son mis enemigos;
y que los enemigos de mis enemigos, son mis amigos…
y que los amigos de mis enemigos, son mis enemigos;
y que los enemigos de mis amigos, son mis enemigos;
y que los enemigos de mis enemigos, son mis amigos…
Y que, además:
Si echas una manzana en un cubo de basura, obtendrás basura;
y si echas basura en un cubo de manzanas, obtendrás basura…
y si echas basura en un cubo de manzanas, obtendrás basura…
¿Qué pasaría si echara una manzana a mis enemigos? ¿Seguirían siendo basura?
Volvamos a otra cosa…
Imagina un pedazo de queso suizo, de aquellos bien llenos de agujeros.
Cuanto más queso, más agujeros.
Cada agujero ocupa el lugar que en el que habría queso.
Así, cuanto más agujeros, menos queso.
Cuanto más queso, más agujeros y cuantos más agujeros menos queso.
Conclusión: Cuanto más queso menos queso.
Cuanto más queso, más agujeros.
Cada agujero ocupa el lugar que en el que habría queso.
Así, cuanto más agujeros, menos queso.
Cuanto más queso, más agujeros y cuantos más agujeros menos queso.
Conclusión: Cuanto más queso menos queso.
¿Y eso qué tiene que ver con las manzanas de mis enemigos?
